Canarias ante el reto de afrontar un desempleo juvenil del 57%
La juventud canaria es una de las más empobrecidas de Europa y en cambio es una de las más preparadas académicamente de la historia de estas islas.

Canarias afronta una situación desesperante ante un mercado de trabajo que es incapaz de dar oportunidades a los jóvenes de las islas. Pero, ¿por qué siempre las islas son las peor paradas de España en datos de desempleo y pobreza juvenil?

La respuesta a esta situación se encuentra en la propuesta de modelo productivo que durante décadas se ha defendido en el Archipiélago, comenzando su desarrollo a mediados del pasado Siglo XX con la irrupción del boom turístico, donde pasamos de ser un territorio eminentemente rural a un espacio de promoción urbana para prestar servicios turísticos principalmente a europeos. Ese cambio productivo supuso una riqueza sin precedentes para las empresas y las familias canarias, que pasaron de "malvivir" en el campo a mejorar sus condiciones de vida con empleos para el sector turístico que estaban mejor remunerados y daban opciones de presente y de futuro. La irrupción turística cambió para siempre a estas islas, se mejoraron infraestructuras y servicios públicos con el aumento de la recaudación de las Administraciones, pero desagraciadamente también se dio barra libre a las promociones hoteleras que llenaron las costas de cemento con escasa planificación urbanística. Los atropellos al patrimonio o al medioambiente se han ido sucediendo a cambio de impulsar la prosperidad económica, sin tener en cuenta que las consecuencias podrían ser irreparables. 

Y tristemente, hoy tenemos que decir que de aquellas aguas estos lodos. Nuestro territorio está en emergencia climática por la constante degradación que ha sufrido tanto el océano como la tierra que nos vio nacer. Por si fuera poco el monocultivo turístico no es suficiente para dar oportunidad a jóvenes y adultos, ofreciendo puestos de trabajo normalmente poco cualificados y temporales, insuficientes para ofrecer garantías de prosperidad para las generaciones actuales. La juventud está soportando un tasa de desempleo del 57%, una de las más altas de Europa y por supuesto, de España.

Por si fuera poco esta situación ha desmotivado la movilización y las demandas de la juventud, adaptada ya a la miseria y a la precariedad, reduciendo sus exigencias a la mínima expresión. El impulso hacia un cambio de modelo productivo, donde la industria alimentaria tenga el lugar que se merece (actualmente importamos casi el 80% de los alimentos que consumimos) o las nuevas tecnologías sean el motor de la transición económica, parte de la juventud canaria. Es quizás un reto exigir sentido crítico a una población ahogada económicamente, pero es una labor que debemos impulsar desde el Tercer Sector, con la valentía y el cooperativismo que nos caracteriza. Nos merecemos vivir dignamente, dando oportunidades a los que más las necesitan, con un espíritu solidario que nos haga mirar también a África como plataforma de desarrollo comercial que podemos ser por nuestra posición estratégica dentro de la Unión Europea. 

Las grandes oportunidades suponen grandes esfuerzos, ¿estamos dispuestos a asumir sus consecuencias?.
Por Daniel Gaínza Hernández 16 de diciembre de 2021
Estas paradisiacas islas en las que vivimos han llegado a una estación en el que se acepta la indecencia, la ausencia de dignidad, como moneda de cambio. La pobreza se ha convertido en un mal endémico de esta tierra, donde vale más defender los intereses económicos particulares que los derechos humanos, porque no nos afecta nada que pase más allá de nuestras propias narices. Y es que no deja de ser sorprendente esta lógica capitalista, porque mueren personas a diario en nuestro mar y para la mayoría supone mayor tristeza que pierda un partido de fútbol la Unión Deportiva Las Palmas o el Club Deportivo Tenerife. ¿Qué estamos haciendo?, ¿a dónde vamos?. Creo que estas preguntas se las hacen cada vez más canarios que vieron como en este mes de agosto de 2021 murieron 379 personas tratando de llegar al Archipiélago, tocando a casi 17 personas fallecidas al día. Y esas son las cifras que sabemos, no especulemos con lo que se pierde en el inmenso océano porque podríamos terminar devastados. ¿Estaremos infectados por el virus del materialismo?, puede que sí. ¿Y existe cura?, puede que también, pero cambiar la lógica capitalista no se consigue en un laboratorio, no hay un elixir milagroso que nos haga a todos lo suficientemente críticos con un sencillo pinchazo. Ojalá fuera así, porque hablando de fórmulas milagrosas, la de la COVID19, de la que ya muchos tenemos dos dosis, no se ha logrado conseguir que se liberen las patentes para que nuestros hermanos y hermanas africanos puedan estar protegidos a precio razonable. De hecho, el Congreso de los Diputados español votó "no" por mayoría absoluta a liberar las patentes. ¿Por qué?, nuevamente por la lógica capitalista, porque la lógica humana es absolutamente aplastante. Importan más los beneficios de las farmacéuticas que la decencia humana. Menudo potaje tenemos al fuego, con ingredientes de todo tipo para que se nos ponga ácido, porque se empieza por no creer en los derechos de los que vienen de "fuera" para acabar discriminando también a los que "son" de dentro. Pero seamos honestos, aquí en las islas de vacaciones favoritas de los europeos no somos ricos, las cañas están a un euro y los salarios a medio peso. Y ese es el problema...si no tenemos para nosotros, ¿cómo vamos a ayudar a los de fuera?, ¿qué vamos a hacer?, ¿pedirle a las empresas turísticas que ganen menos y compartan más los beneficios que hacen posibles sus precarios trabajadores?. ¡No por dios!, vamos a continuar viviendo para trabajar y a seguir pagando los pisos a precio de Airbnb. Pero ya está bien de ironías, no todo va a ser llorar, porque si solo les cuento tristezas ustedes van a preferir ponerse a ver vídeos de Youtube o fotos de Instagram, qué se yo. La salud mental es lo primero, vamos a correr un tupido velo...¿no?